Autor: José Antonio Olivar / Jesús Glück
Disco: Ave María de todos los pueblos

Cuando me llegue el instante
de marcharme de esta vida,
cuando no tenga cabida
recurrir a los demás.
Y cuando sólo mis obras
sean mi único equipaje,
por compañera de viaje
te quiero en mi hora final.
Madre de la buena muerte,
dulce Madre del amor,
no me dejes a mi suerte,
recomiéndame al Señor.
Madre de la buena muerte,
dulce Madre del amor,
no me dejes a mi suerte,
recomiéndame al Señor.
Uso sugerido:
Celebraciones y Liturgias en Memoria de los Difuntos:
Esta canción es muy apropiada para funerales, misas por los fieles difuntos y vigilias de oración por los que han partido. Su letra invita a confiar en la protección y el acompañamiento de María en el momento de la muerte, ofreciendo consuelo a los familiares y a la comunidad.
Oraciones y Retiros sobre el Misterio de la Muerte y la Vida Eterna:
Puede emplearse en retiros espirituales o jornadas de reflexión que aborden la muerte desde la perspectiva cristiana, promoviendo una muerte en paz y en esperanza. Ayuda a meditar en la necesidad de la preparación espiritual y el acompañamiento maternal de María en la hora final.
Oraciones Comunitarias y Devociones a María en su Aspecto de Madre de la Buena Muerte:
Puede integrarse en celebraciones marianas específicas o en grupos de oración que contemplen a María como protectora en el tránsito hacia la vida eterna, pidiendo su intercesión para una muerte digna y serena.
Catequesis sobre el Misterio de la Muerte y la Esperanza Cristiana:
La canción es útil en la enseñanza sobre la vida después de la muerte y el papel de María como madre protectora, ayudando a jóvenes y adultos a comprender el sentido cristiano de la muerte y el consuelo en la fe.
IMPORTANTE: Los momentos y usos de las canciones se deben consultar siempre con el celebrante.