Autor: Manuel Azabal
Disco: Buenos días Señor, buenas noches Señor

Soy un pobre, Señor,
cada día lo veo;
soy la debilidad
y soy la pequeñez.
Nada puedo sin Ti,
bien probado lo tengo;
pero Tú has puesto en mí
el amor y la fe y la esperanza.
Eres Tú mi tesoro,
eres Tú mi grandeza;
eres Tú mi cimiento,
eres Tú mi riqueza.
Uso sugerido:
Celebraciones de Humildad y Confianza en Dios:
Este canto es ideal para momentos litúrgicos en los que se resalta la humildad del ser humano y la grandeza de Dios. Puede utilizarse como canto de meditación después de la comunión, ayudando a los fieles a reconocer su fragilidad y, al mismo tiempo, su esperanza puesta en el Señor.
Retiros de Conversión o Jornadas de Interioridad:
En retiros espirituales donde se invita a los participantes a una experiencia de conversión o de encuentro profundo con su realidad interior, esta canción puede introducir un momento de oración personal. Su letra es una confesión de pequeñez que abre el corazón al amor y la acción de Dios.
Liturgias Penitenciales o Preparación para la Confesión:
Por su tono humilde y sincero, puede emplearse durante celebraciones penitenciales o como canto previo al sacramento de la reconciliación. Dispone el alma al reconocimiento de la propia debilidad y la necesidad del perdón y la misericordia de Dios.
Catequesis sobre la Gracia y la Fortaleza que Viene de Dios:
En contextos de catequesis juvenil o de adultos, la canción puede ser un punto de partida para reflexionar sobre cómo la fuerza del cristiano no viene de sí mismo, sino de Dios. Después de cantarla, se puede invitar a compartir experiencias donde se ha sentido la acción de Dios en la propia debilidad.
IMPORTANTE: Los momentos y usos de las canciones se deben consultar siempre con el celebrante.